martes, 2 de agosto de 2011

Si tu no estás...


Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma. De la más simple, de la más cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: "Él no está". Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú.







Desaparecer.

Es locura

El amor, en cambio, es cuando no respiras, cuando es absurdo, cuando echas de menos, cuando es bonito aunque esté desafinado, cuando es locura... Cuando solo de pensar en verle con otra cruzarías a nado el océano.

Sueña, lucha, aprende, desea...


No muere el más valiente sino el que se esconde.

Él


Él. De él nunca le conté nada a nadie. Pero es un instante. No hay nada que hacer. El amor viene a buscarte. Te encuentra enseguida. No llama a la puerta. Y de hecho, en un instante, estoy otra vez perdida en ese color, en el azul de sus ojos.










En aquel día..

No puedo...


No me pidas que te explique lo que nunca tuvo explicación...

Basta!


Basta! Estoy fuera de los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdida. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando estas enamorado, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar en este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo todo de nuevo en su sitio. Cierra. Doble vuelta de llave. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver. Otra vez enterrados. Ahora está mejor. Mucho mejor.

La nieve se ha deshecho del todo


Y después, pluf, precisamente como la nieve, también este recuerdo se deshace. No hay nunca un porqué para un recuerdo; llega de repente así, sin pedir permiso. Y nunca sabes cuando se marchará. Lo único que sabes es que lamentablemente volverá. Aunque por lo general son instantes. Y ahora sé como hacerlo. Basta con no detenerse demasiado. En cuanto llega el recuerdo, hay que alejarse rápidamente, hacerlo enseguida, sin miramientos, sin concesiones, sin enfocarlo, sin jugar con él. Sin hacerse daño. Así mucho mejor... Ahora ya ha pasado. La nieve se ha deshecho de todo..